El clima económico está cambiando e incluso las personas con altos patrimonios netos están ajustando sus hábitos de gasto. Si bien las compras de artículos de lujo alguna vez se consideraron un hecho para los ricos, varias áreas clave ahora enfrentan recortes a medida que aumenta la incertidumbre. No se trata de luchar para costear lo esencial; se trata de reevaluar el gasto discrecional en un mercado volátil.
Casas de vacaciones: una prioridad en declive
La segunda y tercera vivienda se encuentran entre los primeros lujos que se reconsiderarán. Las altas tasas de interés, el aumento de los impuestos a la propiedad y los desafíos logísticos de administrar múltiples propiedades están impulsando esta tendencia. Como explica Keith L. Magness, director ejecutivo de Magness Law, las familias adineradas ahora están menos inclinadas a mantener la carga financiera de las propiedades vacacionales. Esto refleja un cambio más amplio hacia la prudencia financiera, incluso entre aquellos que técnicamente pueden permitirse el lujo de extravagancia.
Tecnología para el hogar inteligente: cambiar la complejidad por la simplicidad
La moda de las “casas inteligentes” está perdiendo fuerza. Muchos propietarios de viviendas, independientemente de sus ingresos, están experimentando “fatiga tecnológica”, cansados de administrar innumerables aplicaciones y sistemas poco confiables. Daysi Hernández, asistente de diseño de interiores en Boudreaux Design Studio, nota un creciente deseo por la simplicidad. En lugar de una conectividad infinita, muchos optan por espacios funcionales y atemporales, reduciendo tanto los costos como la dependencia digital.
Mobiliario: postergando las actualizaciones
Las compras de muebles nuevos se están retrasando en todos los ámbitos, incluso entre los ricos. Melanie Musson, experta en finanzas de Quote.com, observa que los consumidores adinerados retienen el efectivo en lugar de renovarlo. Esto sugiere un enfoque cauteloso hacia el gasto no esencial, impulsado por la incertidumbre económica.
Alta costura: valor por encima de las tendencias
Incluso los compradores de moda de lujo se están volviendo más selectivos. Bobby Ghoshal, director ejecutivo de Dupe.com, señala que los consumidores ricos ahora buscan ofertas y priorizan las piezas básicas sobre las compras impulsadas por las tendencias. La atención se está desplazando del consumo ostentoso a inversiones más prácticas en artículos duraderos.
Viajes: repensar las experiencias ultrapremium
También se están reduciendo los viajes extravagantes. La inflación ha hecho que los viajes de lujo a destinos como Roma o las Bahamas sean menos atractivos, incluso para quienes pueden pagarlos fácilmente. Ghoshal explica que los consumidores adinerados se están volviendo más cautelosos a la hora de gastar en lo que perciben como “experiencias derrochadoras”.
Coches de colección: un mercado en desaceleración
El mercado de automóviles clásicos, que alguna vez fue el patio de recreo favorito de los ricos, está experimentando una desaceleración. Melanie Musson observa que las personas con un alto patrimonio neto están menos dispuestas a ampliar sus colecciones y esperan la estabilidad del mercado antes de realizar inversiones significativas. Esto indica una voluntad de retrasar las compras hasta que mejoren las condiciones.
En conclusión, el cambio en el gasto en lujo refleja una tendencia más amplia de cautela financiera en todos los niveles de ingresos. Incluso los más ricos están priorizando la estabilidad y el valor sobre las compras extravagantes en un entorno económico incierto. Esta recalibración sugiere que el consumo de lujo no es inmune a las presiones externas, e incluso los más ricos se están adaptando a la nueva realidad.
