Michael Jordan, ampliamente considerado el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos, ha acumulado un patrimonio neto de aproximadamente 3.800 millones de dólares a finales de 2025. Si bien sus ganancias en la NBA fueron significativas (90 millones de dólares en 15 temporadas), la mayor parte de su riqueza proviene de patrocinios y emprendimientos comerciales inteligentes, en particular su asociación duradera con Nike. Pero ¿qué pasaría si Jordan decidiera distribuir toda su fortuna por igual entre todos los habitantes de Estados Unidos?
Las matemáticas detrás del sorteo
Si Jordan dividiera sus 3.800 millones de dólares de manera equitativa entre toda la población estadounidense (aproximadamente 342 millones de personas), cada individuo recibiría aproximadamente 11,11 dólares.
Si la distribución se limitara a los adultos (mayores de 18 años), una población de alrededor de 305 millones, cada persona recibiría aproximadamente $12,45.
Estas cantidades son modestas, pero ilustran cómo incluso una riqueza inmensa se diluye cuando se distribuye en toda una nación.
Cómo construyó Jordania su imperio
El éxito financiero de Jordan no provino únicamente del baloncesto. El lanzamiento de la línea Air Jordan en 1984 lo transformó en un ícono del marketing global. Sólo las regalías de Nike siguen generándole decenas de millones al año.
Con el tiempo, lucrativos acuerdos de patrocinio con Gatorade, Hanes y McDonald’s aumentaron sus ganancias fuera de la cancha, superando los 500 millones de dólares. Su inversión en los Charlotte Hornets aumentó aún más su patrimonio neto, aunque luego vendió su participación.
El panorama más amplio
Si bien el pago hipotético por persona es pequeño, este escenario pone de relieve la extrema concentración de la riqueza en las economías modernas. La capacidad de Jordan para convertir la fama atlética en un imperio multimillonario es poco común, pero demuestra cómo la marca, la visión para los negocios y las inversiones inteligentes pueden amplificar el éxito financiero mucho más allá de los ingresos tradicionales. El ejercicio de distribución también subraya las realidades económicas de la desigualdad de la riqueza en Estados Unidos.
En conclusión, incluso un gesto filantrópico de uno de los atletas más ricos del mundo produciría sólo una pequeña suma por persona, pero subraya la inmensa escala de la riqueza en la cima y los desafíos de una distribución equitativa.
